martes, 11 de septiembre de 2012

CRECIMIENTO ECONÓMICO Y GLOBALIZACIÓN (I)

CRECIMIENTO Y ECONOMÍA MUNDO BRITÁNICA (2ª mitad del siglo XIX-1914)

¿Cómo se organiza la economía-mundo británica?

Desde los inicios del siglo XIX, la primera revolución industrial, basada en la utilización del vapor, la mecanización de la industria textil, el despegue de la siderurgia y la explotación del carbón, permite a Europa occidental y a América del Norte un crecimiento económico sin precedentes. A partir de los años 1850, se inicia una segunda revolución industrial que se apoya en innovaciones técnicas en la siderurgia y la química, en el descubrimiento de nuevas fuentes de energía (electricidad, petróleo). En 1914, Europa occidental y Estados Unidos detentan el 56% de la producción industrial mundial.




El crecimiento demográfico en Europa (de 187 a 450 millones de habitantes entre 1800 y 1914) , al demandar un número mayor de productos, estimulan este crecimiento. La revolución de los transportes, con el desarrollo del ferrocarril, los progresos del transporte marítimo (paso al barco de vapor), la apertura de los canales trans-oceánicos (Suez -1869- y Panamá -1914-) amplían los mercados y estimulan el crecimiento. El descenso de los precios en los transportes favorece los intercambios e internacionaliza en mayor medida la economía mundial.


 El crecimiento se acompaña de un despegue espectacular de las actividades financieras. Las grandes bolsas de Londres, París, berlín... pemiten a Europa ser el banquero del mundo en 1914, detentando el 60% del stock del oro mundial. Este capitalismo financiero sostiene la actividad industrial, movilizando los capitales, bajo la forma de acciones, gracias a una sólida red bancaria. Pero la apertura de los mercados a la competencia y la especulación bursátil conllevan fases de ralentización (o diminución) del crecimiento (Gran Depresión de 1873 a 1896), empuja a los mercados nacionales a tomar medidas proteccionistas.


A principios del siglo XX, un economista ruso -Nikolai Kondratieff- se dio cuenta de que el capitalismo seguía unos ciclos en los que alternaban fases de recesión y fases de expansión. Según su teoría, estos ciclos venían a durar unos 50 años (25 de expansión y 25 de recesión). Antes que él, otro economista, en este caso el francés Clement Juglar, demostró que las crisis del capitalismo no eran fenómenos casuales sino que seguían unos patrones de fluctuaciones cíclicas; descubrió que estas fluctuaciones se repetían cada 8 años más o menos.

Esta protección de los mercados se acentúa con el principio de la exclusividad del comercio de las metrópolis con sus colonias, comercio que se caracteriza por la desigualdad (materias primas coloniales contra productos elaborados metropolitanos). El imperialismo y la inmigración hacia los países nuevos dan a esta fase de la globalización un carácter netamente europeo.

La economía-mundo británica 

Gran Bretaña es el centro de la economía-mundo en el siglo XIX. En los años 1850-1860, la industria británica, aprovechando su ventaja tecnológica, proporciona material ferroviaria, máquina y productos textiles a numerosos países: es el taller del mundo. Aunque entre en competencia con otros Estados, conn el cambio de siglo, mantiene su hegemonía comercial y financiera. Ligada a una política de libre-cambio, constituye un mercado abierto y de primer orden para los productos agrícolas  y las materias primas necesarias para su industria. Posee la primera flota mercante del mundo y asegura más de un tercio de los fletes marítimos mundiales. La City impones sus reglas financieras al mundo. La mitad de las transacciones internacionales se efectúan en libras esterlinas, moneda que está anclada al oro. En 1913, cerca de la mitad de capitales invettidos en el mundo son británicos.
Así, Gran Bretaña juega un papel de locomotora en el crecimiento económico mundial. Su dominio se apoya en su imperio colonial (400 millones de personas en 1914) que configura un espacio de intercambios propio: la Commonwealth

Documento: El Reino Unido: el banquero del mundo.

El dinero es el nervio del poder económico. Todo el mundo sabe que Inglaterra es el país donde hay más dinero y donde se puede encontrar más dinero contante, inmediatamente disponible, que en cualquier otro país [...] Se nos viene a pedir pestado y nosotros prestamos  sumas inmensas que serían imposibles de obtener en otra parte. Se ha dicho en ocasiones que cualquier nación extranjera puede solicitar préstamos en Lombard Street, bajo ciertas condiciones [...]. Si una nación desea construir un ferrocarril,  y si esa nación es pobre, es casi seguro que buscará el dinero necesario en este país, país de bancos. [...] Y es así que, gracias al concurso de Inglaterra, se realizan inmensas obras que sin ese concurso ni siquiera se hubieran proyectado.  

Walter Bagelot, redactor en jefe de The Economist, Lombard Street. A description of the Money Market, Londres, 1873

Acción del banco de Castilla (1880)

VOCABULARIO.


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